736 mil 714 m2 es el área donde se ubican los vestigios prehispánicos que obligarán a replantear el proyecto del aeropuerto En el oficio N° 401.3S.1-2017/1515, fechado el 28 de junio de 2017, consultado por Excélsior, se indica que los sitios más antiguos datan del año 200 a. de C. No obstante, la identificación oficial de los lugares arqueológicos, a través de folios reales, del área aproximada, elementos que definen a cada sitio, cronología y asociación cultural, el INAH no ubica a estos sitios en ningún lugar específico ni da detalles.
También se ve la parte industrial de Tizayuca, Hidalgo, la Laguna de Zumpango, la Hacienda de San Francisco de Paula y un fraccionamiento.
Alejandro Romo Balderas, habitante de Santa Ana, mostró un sitio arqueológico en lo más alto del cerro, también dio cuenta de una serie de cuevas, que son minas teotihuacanas, saqueadas y no exploradas por el INAH.
2 sitios que pertenecieron a la cultura teotihuacana son los más antiguos; datan del año 200 a. de C Las piedras de lava negras, rojas y grises que hace milenios escupió el Cerro Gordo, cuando fue un volcán activo, se confunden con los basamentos de al menos 33 estructuras arqueológicas de las culturas teotihuacana, tolteca y mexica, aunque aún hay varias sin definición cultural, que el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) tiene documentadas en el Registro Público de Monumentos y Zonas Arqueológicos e Históricos, consultado por Excélsior.
Ese vestigio documentado por el INAH está en lo más alto del Cerro de Paula.
Alejandro Romo dijo que la gente de la comunidad de Santa Ana, donde según el Inegi habitan 5 mil 815 personas, pero también la población del municipio, están preocupadas por el futuro que pueda tener el Cerro de Paula, ante la construcción del aeropuerto en Santa Lucía.
La hacienda de San Francisco de Paula tuvo una vocación pulquera, como prácticamente todas de esta región.
De allí se dirigieron al rancho de “Chopo”, y asaltaron primeramente la casa del burgués Agapito Orozco para penetrar al interior rompieron las puertas y una vez dentro se apoderaron de varios caballos ensillados, así como de una gran cantidad de ropa.
En seguida, asaltaron la casa de José Navarrete, donde se apoderaron de más caballos, más armas y más dinero.
Sus familiares atribuyeron el hecho a la soledad en que vivía en la Hacienda de Paula.